Garantizar patrones de consumo y producción sostenibles y tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus impactos (ODS 12 y 13)

Los eventos deportivos y los programas de actividad física a gran escala pueden utilizarse para estimular el cambio social y medioambiental. En determinadas circunstancias, pueden generar oportunidades para renovar las infraestructuras fechadas, mejorar el transporte público y revisar la política de desarrollo. Los comités organizadores y las ciudades anfitrionas pueden utilizar estos eventos como parte de una estrategia global para crear legados a través de la mejora de las infraestructuras, el turismo social (12.b) y las campañas de cambio de comportamiento (ODS 12.1, 12.2, 12.8). Se puede animar a los países anfitriones a reforzar su capacidad científica y tecnológica para avanzar hacia modelos de consumo y producción más sostenibles (12.a, 12.1).

Los programas de sensibilización y educación pueden influir en las actitudes, modificando el comportamiento de los consumidores y el uso de los recursos naturales (ODS 12.2, 12.5, 12.8), y el estatus social del deporte puede actuar para magnificar esta información de difusión y promover aún más las responsabilidades medioambientales (12.6). Se espera que las organizaciones deportivas reduzcan cada vez más su huella de carbono. En este contexto, cabe destacar el valor del deporte en la creación de una capacidad de resiliencia y adaptación a los peligros relacionados con el clima y los desastres naturales (ODS 13.1).